miércoles, 25 de marzo de 2015

The Breakfast Club y porqué no me olvido de ellos

Sábado, 24 de marzo, 1984



Tengo un calendario de películas que procuro seguir: El 2 de febrero veo El día de la marmota, el 5 de noviembre V por Vendeta, 3 de octubre Mean Girls, por poner algunos ejemplos. Ayer fue 24 de marzo, día en que transcurre la historia de The Breakfast Club y que por supuesto es parte de mi rutina anual.  

Soy un entusiasta de la pop culture y eso debería ser suficiente para que le encuentre relevancia a The Breakfast Club, pero fuera del fenómeno social, que evidentemente me encanta, la película tiene mucho que ofrecer aún después más de 30 años de su estreno.

No hablaré de la importancia histórica que pueda tener dentro del cine contemporáneo, pues parece más interesante la experiencia personal e intento situarme en los zapatos de un adolescente que hoy puede verla por primera vez y  de alguna u otra manera le hablará de la misma manera que le habló al Carlos Daniel de 16 hace unos años o a toda una generación otras décadas antes.

En México, por lo menos en mi experiencia, no tenemos una estructura social de High School gringa tan rígida. Los ñoños no son tan ñoños ni los populares tan inalcanzables, pero tampoco podemos negar que la segmentación existe de manera natural. Lo que hace 30 años existía a manera de protoambiente desencanedó en un ecosistema social mucho más variado en apariencia, pero a manera taxonómica podemos inferir que los hoy geeks tienen una raiz el los cerebros de los 80s, de la misma manera que los actuales bullys son sólo el nombre que en estos años se les da a los criminales.

Si la quiero ver friamente me parece carente de congruencia, inconsistente y hasta ingenua ¿Pero no es justo así la adolescencia? Basta recordar que al final salen los cinco juntos, triunfantes, pues en su mundo la amistad había triunfado por encima de las reglas de los adultos y las castas sociales que parecían inquebrantables. Obvio eso no pasa nunca, pero por eso nunca vería esta película críticamente. Se ve con el corazón más alerta que el cerebro, pues a un nivel emocional la nostalgia se comporta de mejor manera. 

En definitiva el carácter optimista es lo que hace que la película me parezca relevante en estas muchas décadas después. Hoy ya no puedo ser tan ingenuo, pero en los años de adolescencia sí que lo era. Creo que todos lo fuimos y por eso podemos, si la encontramos en el momento adecuado, difrutar de esta película que ha demostrado trascender una barrera generacional y aunque quizás nunca sea considerada un clasico del cine, muy seguramente permeará en las vidas de varios preparatorianos por venir.

miércoles, 4 de marzo de 2015

Ellas, sin saberlo (Inicios)




Como turista japonés que se asombra por primera vez frente al Chac mool me encuentro ahora. Saco mi cámara y tomo cuantas fotos puedo de lo que resulta sobresaliente en mi cabeza, sin conocer quizás las intenciones verdaderas de los mayas. Agotando mi memoria regreso a mi hogar tratando de darle sentido a lo retratado. Editando, recortando me encuentro otros rasgos que en un inicio no había notado, pero que ahora me resultan fundamentales. Así ha sido mi viaje en la feminidad.


Fue hace unos cinco años, con quien en esos días era mi pareja, cuando nos cuestionamos por primera vez de manera seria lo que significa ser mujer. Para ella era una cuestión de identidad y para mí, además de querer ayudarla, resultaba una beta de interés creativo. En mis últimos momentos universitarios ya tenía en general varias cosas resueltas en cuanto estilo o técnica, pero no tenía ningún tema que me interesara lo suficiente para darle seguimiento.

La primera fase de la investigación fracasó paralelamente a mi relación con esta muchacha, pero sentó bases para que siguiera un proceso individual. Su búsqueda era logicamente algo mucho más personal, una manera de encontrarse en un momento de crisis de identidad en el cual su sexualidad era un tópico medular. Dado que su formación académica estaba dirigida a la investigación social era lógico que planteara una investigación de campo. Encuestas y testimonios que la situaran en contexto con su sociedad.

Otras asuntos se atravezaron entre nosotros y aunque aún ahora es muy buena amiga, el proyecto conjunto tuvo un final tan trágico como el noviazgo.

En solitario replanteé varias cuestiones. Ahora se trataba de definir al Otro, cosa que resulta mucho más peligrosa. Leyendo propuestas de otras personas al rededor del tema encontré los dos límites que quería evitar: Los clichés y la condescendencia. No quiero ofender a nadie, pero tampoco quiero mentir para ganar simpatías.

Me resultan igual de aberrantes las construcciones arquetípicas de la mujer que imperan en la culturua misógina de masas a las del feminismo panfletario que promulga otra supremacía sexual. Teniendo los dos extremos a los que no quería llegar investigué textos y autores que me explicaran el fenómeno de manera satisfactoria. Existen ensayos y filosofos reconocidos (curiosamente hombres en su mayoría) que me aportaron lo que pretendía, pero al querer priorizar las impresiones sociales y la experiencia personal diaria por encima del academicismo, busqué otras alternativas en la red que me dieran pistas de lo que significa ser mujer para la mujer común.

Por tres años he buscado y recolectado imagenes en un Tumblr y participado en algunos foros especializados, principalmente aquellos autogestivos como es el caso de TwoXChromosomes en Reddit. Me costó trabajo después de almacenar imágenes e información empezar a producir piezas propias, pero en mi condición de artista es lo único que tendría sentido.

Quizás sea por la timidez que no logro despejar, pero aún no puedo encontrar una verdad absoluta en el campo, así que mi propuesta parte siempre de una visión personal y no debe ser interpretado como otra cosa. Me siento más cómodo tratando de retratar lo que otras me dicen que viven. Aún queda mucho por encontrar, pero al igual que el turista japonés, seguiré retratando todos los aspectos que encuentre hasta que pueda tener una representación más clara del monumento en cuestión.