martes, 30 de septiembre de 2014

Sobre los scouts, la adultez y un cuyo-catarina

Advertencia: A continuación escribiré sobre los scouts, así que si no conoce del tema o simplemente no le interesa lo que tenga que decir, dejo un dibujo de un cuyo-catarina para que se entretenga y regrese a sus actividades cotidianas.



Ahora que ya tengo su atención focalizada empezaré mi historia: Entré al movimiento a la edad de 7 y en 20 años pasaron muchas cosas. No me imagino mi vida sin el escultismo, pero no es de mi experiencia particular de la que quiero hablar, sino de lo que he notado desde hace tiempo y este fin de semana se me evidenció.  

La Asociación de Scouts de México, A.C. (ASMAC) dice: 

"Nuestro propósito es contribuir al desarrollo integral y a la educación permanente de los jóvenes."


En términos generales se respeta ese objetivo, pero en una apreciación personal, hay algunos aspectos sin cubrir que son actualmente un área de oportunidad para cumplir el mandato del fundador (y recientemente de Apple) sobre tratar de dejar a este mundo en mejores condiciones de como lo encontramos.   

El programa como bien dice su propósito, se centra exclusivamente en los jóvenes de entre 7 y 21 años que forman parte de la membresía. Los adultos mayores de 22 años que queremos seguir perteneciendo a la asociación nos volvemos ya sea scouters o dirigentes cuyo único objetivo es cumplir este propósito con base en la Política Nacional de Adultos en el Movimiento Scout.

Por cuestiones circunstanciales me tocó estar frente a una sección desde los 19 años, cosa que no era permitida en esos tiempos, sin embargo mi experiencia fue siempre positiva. Tuve un consejo de grupo que apoyó completamente el que viviera mi vida de clan a la par de cumplir mis obligaciones con la sección que se me encargaba, lo que me permitió conocer los dos lados de la moneda desde muy joven. 

A los 22 años la ASMAC supone que ya debes ser un producto terminado, listo para retribuirle lo aprendido a la sociedad. A mis 22 años yo no tenía más que dudas. A mis 27 años no ha cambiado tanto. Pero me da mucho gusto que los chicos que recibí de 14 años están actualmente viviendo sus partidas. Aunque sin experiencia (y varias fallas), fui sacando a estos muchachos con el miedo de estar haciendo las cosas mal, y creo que gracias a que fue una generación muy noble, con un grupo de papás y un consejo de grupo que me apoyaron, se pudieron alcanzar los objetivos educativos propuestos. 

Es común que en fiestas o reuniones con adultos me pregunten "¿Qué hacen en los scouts?" y tras contarles sobre el método educativo, el sistema de valores, del aprender jugando, entre otras cosas, me responden con frecuencia bromeando un "¿Y no hay para gente de mi edad?". 

Creo que el método scout es útil para cualquier persona en cualquier edad, sólo deberían ir cambiando los objetivos particulares de cada etapa en la vida. 

Hace unos años trabajé en un proyecto enfocado a la educación sobre el buen ocio y el aprovechamiento del tiempo libre, lo que me llevó a conocer al Lic. Demetrio Valdez Alfaro, Director de Actividades Recreativas de la UNAM. Es un apasionado del tema y mostró siempre una disposición absoluta para ayudarnos a comprender la importancia que tiene el que se rompan tabús referentes al ocio. Según la teoría sobre la triparticidad del tiempo deberíamos dividir nuestros tiempos y energías en tres ejes: 1) nuestras necesidades fisiológicas, como comer, ir al baño, dormir; 2) nuestras responsabilidades con la sociedad, trabajar, estudiar, atender a la familia; 3) nuestras responsabilidades con nosotros mismos, explotar nuestros intereses personales ajenos a nuestro trabajo y obligaciones domésticas, pasatiempos e intereses particulares. Esto es toda la vida, no se detiene al concluir una carrera ni al cumplir 22. Desarrollarse integralmente es un trabajo permanente.

En el año 2001 los Juegos Nacionales Deportivos y Culturales de las Personas Adultas Mayores tuvo su mayor número de participantes inscritos (7189), en distintas disciplinas, tales como danza, natación, atletismo, entre otras. Adultos mayores de 60 compitieron divididos por edades, siendo 85 y más la categoría más alta. ¿Puede usted imaginarse a los 90 años corriendo una carrera de 100 metros? Probablemente no podamos hacerlo ahora. En su gran mayoría los participantes no se dedicaron profesionalmente al deporte, pero gracias a sus ganas de mantenerse activos tuvieron que poner su atención y energía a algo que  ajeno a su profesión original.

Demetrio me platicaba que el problema con el que se enfrentan regularmente los adultos es que al dedicarse completamente a su trabajo no tienen un plan claro para su retiro, lo que les lleva constantemente a la depresión provocada por inactividad. ¿En qué ocuparme cuando todo lo que sé es trabajar?  Desde que me contó esta situación yo fantaseé con un grupo scout de jubilados. Tendría que estar sustentado en una propuesta de desarrollo óptimo para esta etapa de la vida, lo que conlleva una investigación multidisciplinaria y multifacética sobre lo que "el adulto mayor ideal" signifique, cosa que no me siento capaz de hacer, pero seguro que quienes están a cargo de la ASMAC tienen más idea o podrían investigar si se lo propusieran.

Para el fin de semana pasado los rovers de la provincia organizaron un campamento de competencia para los adultos y la verdad me divertí mucho.  Me permitieron volver a jugar y hacer actividades que tenía años sin hacer: correr al oír el silbato, dar nuestro grito de patrulla y varias otras dinámicas llenas de nostalgia. La oportunidad también me permitió apreciar los diferentes tipos de adultos que, por lo menos en Morelos,  hay.

Los jóvenes que organizaron el evento partiendo de su buena voluntad para diseñar una experiencia que a su parecer fuera interesante, sin tomar en cuenta lo que se necesita a la edad de su público (necesitaría explicar que yo era de los más jóvenes del grupo por mucho). No los puedo culpar, tienen la misma idea de lo que es ser viejo, que la que yo tengo de ser croata. No obstante todo resultó bien, se les dieron algunas recomendaciones y espero el próximo año se animen a hacerlo nuevamente.

Ejemplos aislados como éste me hacen creer que sí sería viable la conformación de un programa educativo enfocado en potenciar las capacidades y talentos de sus adultos,  ya sean viejos en el movimiento o recién llegados. La estructura de tal programa debería ser algo completamente distinto al que se lleva con los beneficiarios, sin ser obligatoria y de carácter individual. No puedo más que fantasear al respecto, pues no conozco mucho de las distintas etapas de la adultez, o de las necesidades en cada una de ellas, pero espero que eventualmente alguien más inteligente que yo pueda desarrollar algo al respecto. Mientras tanto soy feliz con mi manada y mis sueños de Peter-Pan scout. 

1 comentario:

  1. creo que si hay una asociación de socuts viejitos, en el EEAS pasado pusieron un pequeño stand. Si encuentro el contacto te lo paso para que veas si es una cosa de seguir con los objetivos y procesos del escultismo o solo un grupo de amigos y nostalgias...

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